Primer rescate del Gobierno. En 2012, el Gobierno activó un mecanismo de pago a proveedores para que 3.774 municipios de todo el país se pusieran al día con sus facturas pendientes. Sumaban 27.300 millones de euros, y permitió abonar 5,5 millones de recibos. Madrid pidió 1.017 millones y pagó con ese dinero 13.622 facturas a 1.700 empresas. A cambio, el Ministerio de Hacienda le obligó a aprobar un durísimo plan de ajuste que dejó la ciudad al ralentí, congeló las inversiones, redujo el gasto social, recortó los servicios a la ciudadanía e incrementó impuestos, empezó a reducir el servicio público de superficie, aumentó las tasas, etcétera.
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