martes, 19 de noviembre de 2013

¿Por qué no se dice la verdad?

El Ayuntamiento ocultó durante la huelga de limpieza que había riesgo para la salud.
Medio Ambiente declaró el viernes, sin comunicárselo a los ciudadanos, la "situación de extraordinaria y urgente necesidad" ante "el deterioro de la sanidad ambiental" y el incremento de ratas e insectos.
Desde el inicio de la huelga de barrenderos, el 5 de noviembre, hasta su término, el pasado domingo, la alcaldesa, Ana Botella (PP), repitió una y otra vez que no había riesgo para la salud de los madrileños. Que nunca permitiría que eso ocurriera. Insistió en ello incluso cuando contrató los servicios de la empresa estatal Tragsa para que limpiara la ciudad. Sin embargo, el pasado viernes, sin comunicárselo a los ciudadanos, decretó la "situación de extraordinaria y urgente necesidad" ante el "riesgo para la sanidad ambiental de determinada zonas de la ciudad" y el incremento de ratas e insectos.
El Boletín Oficial del Ayuntamiento ha publicado hoy el decreto aprobado el día 15 por el concejal de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito, en el que hace referencia al "seguimiento y control sanitario de las condiciones de salubridad e higiene de la ciudad" realizado por el organismo municipal Madrid Salud. EL PAÍS solicitó repetidamente durante el conflicto estos informes, pero el Ayuntamiento se negó a facilitarlos explicando que no había riesgo de salud y que no había necesidad de desatar la alarma social.
Según se conoce hoy, en ese decreto, Medio Ambiente admite que se ha "comprobado que existe un deterioro importante de la sanidad ambiental, debido a la acumulación de gran cantidad de suciedad y residuos, especialmente de naturaleza orgánica, en el entorno de los contenedores de aportación, de vidrios y cartonajes, en las papeleras, en las calzadas, aceras y en las zonas de juegos infantiles y de mayores".
Añade el decreto que, debido a que "su permanencia en la vía pública es superior al tiempo aconsejable desde el punto de vista sanitario", se ha producido "un aumento de la proliferación de vectores-plaga", es decir, insectos, ratas, etcétera. "Todo ello está suponiendo un riesgo para la sanidad ambiental de determinada zonas de la ciudad especialmente sensibles por la densidad de población expuesta o por el mayor riesgo de exposición a población especialmente vulnerable, e implicando un riesgo para la salud de las personas que viven o visitan nuestra ciudad y, especialmente, para aquellas en situación de especial protección como son menores, enfermos, ancianos, personas con discapacidad o diversidad funcional".
El gobierno municipal negó repetidamente que tuviera que declarar la situación de emergencia sanitaria para contratar a Tragsa para limpiar la ciudad. Pues bien, eso es lo que hace este decreto. Declara "la situación de extraordinaria y urgente necesidad de proceder a la limpieza inmediata de aquellas vías y espacios públicos urbanos de la ciudad de Madrid que exijan la recuperación de las condiciones de higiene y salubridad con especial urgencia, debido a la existencia de una acumulación excesiva de residuos y de suciedad". Y justifica así "proceder a la inmediata limpieza de aquellas vías y espacios públicos a través del medio instrumental y servicio técnico Tragsa".
Información del El País.
 

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