Es muy difícil y casi imposible decir que la Dirección de EMT Madrid y Ayuntamiento, nunca nos han mentido, eso sería una mentira. Ella, la mentira, es la que muchas veces les ha sacado de problemas por un tiempo, sin embargo, luego nos mete en más conflictos, pues como dice la popular frase “todo tiene un precio”, y puede que el precio que se pague por mentir sea bastante grande. No solo mienten cuando dicen cosas que no son verdad, sino cuando ocultan información y hasta cuando hacen alguna expresión que denota una aparente verdad, siendo una ilusión. Los gobernantes mienten porque es una característica básica de los seres vivos, pues no son los únicos que lo hacemos, los animales y las plantas también pueden hacerlo con el propósito de sobrevivir. Sin embargo, ellos mienten mejor, ya que la inteligencia humana es poderosa y tiene la capacidad de hablar.
Es propio de los mandatarios, políticos y empresarios, engañar a otros para conseguir lo que quieren, ya sea poder, estatus, dinero, pues mentir les permite conseguir lo que quieren mediante la manipulación y explotación de los trabajador@s. El mentir es ventajoso, la evolución lo ha integrado en la naturaleza humana. Por esto, los mandatarios son mentirosos por esencia, mienten de forma espontánea al igual que respiramos o sudamos. En realidad, en muchas ocasiones mienten incluso sin saber que lo hacen, mienten inconscientemente. Son unos mentirosos tan habilidosos, que desde una perspectiva evolutiva, es necesario el mentir para conseguir sus objetivos, claramente, el mandatario que no sepa engañar a los demás, o para ser más claros, manipular y explotar a otros, está en desventaja y puede convertirse en un marginado social y será cesado por la cabeza política del Ayuntamiento de Madrid.
Hagan bien sus cuentas, señores directores de EMT y señora Botella, basta ya de tantos engaños y manipulaciones a todos los trabajador@s, céntimo sanitario de más de 200.000.000 de euros, subidas en cubierta de sueldos, plan estratégico que no funciona y solo para sus intereses, puestos de trabajo y ascensos a dedo, y un sinfín de irregularidades. Todo esto pasa factura y en breve los trabajador@s tendremos la ocasión de recordárselo en las urnas.
¿También deberíamos de pensar que la mayor parte del problema está en que sobran más de la mitad de los políticos y están sangrando continuamente al pueblo sin mirar por el pueblo?
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