martes, 15 de octubre de 2013

DIVERSAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN Y MARGINACIÓN SOCIAL.

¡Que no se pare la noche! Para algunos la atmósfera nocturna se muestra sugerente, tan llena de emociones, especialmente para a esa “gente guapa”, calaveras, juerguistas, y otra tropa. Sin embargo para otros la nocturnidad constituye una circunstancia desventajosa y desfavorable, que incide negativamente en su calidad de vida, en la de sus familias, y en su salud.
Con carácter general se entiende que no se tolere bien el horario de trabajo nocturno, que invierte la actividad del sujeto en 180º, provocando una desincronización respecto al ritmo biológico natural, que impide el descanso nocturno (el proceso del sueño es, en su naturaleza, una exigencia fisiológica nocturna).
Tal “anormalidad” condiciona muy seriamente la vida privada, familiar y social, “violentándola” hasta incluso en ocasiones hacerla poco factible, productiva y edificante, pudiéndose traducir en diversas formas de marginación social, más todavía cuando estas circunstancias laborales se extienden a los días festivos, lo que indudablemente, además, tiene costes añadidos: “el control abstracto sobre la fuerza de trabajo aparece en realidad como un control concreto sobre la vida y la salud del trabajador.
Sigue nuestra EMT de Madrid y el comité de Empresa discriminando a los trabajadores en dichos turnos de noche, no se les deja librar ni en navidades, no quieren reconocer el turno de noche como tal. Ya es hora de regularlo, con la unión de todos podemos hacerlo.
 

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