viernes, 1 de julio de 2016

La difamación de los repartidores…

Mentir o actuar intencionadamente para ocultar o tergiversar información o emociones con la intención de engañar, es una conducta habitual en la vida cotidiana, ya sea en el contexto político, familiar, de las relaciones personales o en el laboral. La mentira tiene la dificultad de detectar la mentira en el momento en que ocurre, su utilidad para alcanzar metas concretas superando restricciones situacionales y quizá como consecuencia de todo ello una cierta permisividad cultural y organizacional en su uso.

Es lamentable que un sindicato con tanta clase como UGT_EMT tenga afiliados repartidores de hojas que se dediquen a difamar a otros compañeros de trabajo y más, cuando las manifestaciones son mentiras ocultando o tergiversando la realidad de lo manifestado, como en su boletín del 30/06/2016 y firma de Manolo, manifiesta un mal servicio del responsable del servicio nocturno en la Plaza de Cibeles y no ve más allá que, todos los trabajadores del servicio nocturno, son responsables de sus hechos, como ponerse de acuerdo con unos cuantos conductores para no cumplir los horarios marcados para alcanzar metas concretas para intereses personales y no laborales.

Hay mecanismos para reclamar las irregularidades, indistintamente de quien vengan, y unos responsables y representantes sindicales, deberían saberlo y disculparse por las conductas de sus compañeros que intencionadamente o erróneamente escriben textos con información tergiversada.
Desde el SU-EMT, ya hemos puesto dicho texto en manos de nuestro Servicio Jurídico por si la difamación del mismo pudiera ser un delito tipificado por ley consistente en que una persona se siente injuriada o entiende que se ha mentido sobre su persona dañando su reputación y su honor.

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